lunes, 31 de agosto de 2009

Por eso no olvido


Comencé la sesión como quien halla placer en la necesidad. Hablé primero y ella escuchó:

- Me he cansado mucho mentalmente... He deseado dormir por diez días con una fuerza que ni te imaginas...por diez días o hasta por diez años!¡Quién fuera vampiro!...a veces los entiendo tanto

- El cansancio... ¡cómo nos limita!

- Sí. Porque es cierto que los vampiros tienen una ligera ventaja...tienen toda la eternidad para volver a empezar.

- De alguna forma, creo que sí. Si es que tambien pasa lo mismo con su memoria...

- Bueno...algunos lo logran, pero es muy muy difícil. Sé que trescientos años de práctica te dan ventaja, pero cómo lograr la "dismnesia" perfecta, la selecta, la volitiva...

- Oh...

- Sabes, recuerdo un programa [...] era lindo, aunque se hizo tedioso. El hecho es que la protagonista era una creación artificial del ejército diseñada para ser el soldado perfecto y una de sus habilidades era borrar selectivamente su memoria en caso de que la atraparan, pero en un capítulo lo hace para olvidar una pena. Me hace pensar...¿realmente quiero olvidar? Creo que a mí no me queda. Pero tampoco permanezco en el recuerdo...la verdad no lo podría hacer aunque quisiera.

- Bastante equilibrado. Me pregunto qué es lo que nos hace olvidar. Es tanto irrelevancia como dolor.

- Creo que somos económicos, pero tal vez eso prueba que la economía no es racional en todos los aspectos, sólo siempre desde un solo punto de vista. Quiero decir, creo que nuestro cerebro no quiere realizar un gasto neuronal excesivo. Así que, basado en cuestiones sobretodo no-racionales (pero no irracionales), sobretodo emotivas, selecciona "lo que sirve". En un sentido es racional: economiza...pero en otro es no-racional: selecciona por los afectos y emociones.
Ahora, el dolor... me parece que sobretodo podemos admitir que el dolor sirve. Sirve racional y no-racionalmente. Tanto nos salva del fuego como nos hace poetas magníficos. Si el dolor "sirve" tanto, si salva vidas y gana admiradoras al trovador, ¿por qué el cerebro lo selecciona a veces como "dispensable"? ¿Por qué lo olvidamos? Además olvidamos sólo algunos dolores,no todos. Así que desde un aspecto eso es racional, porque nos libramos de los "dolores inútiles"
pero nuevamente, ¿por qué "inútiles"? ¿Será sólo porque los "útiles" nos dan la compasión de los demás, pláticas interesantes, poemas bonitos y un look tipo "condesa"? ¿O es que hay parte indispensable de lo que somos en esos dolores? Y sin embargo... parece que se ha descubierto, que mucho de lo que somos es lo que no sabemos que somos...
A mí me parece que rescatar de algún modo los dolores olvidados tiene mucho que ver con la superación de las represiones, y con el despegue de nuestras capacidades. Y entonces, ¿por qué el cerebro las olvida? Somos económicos, pero eso no es racional. Es como una "economía afectiva".

- Exacto.

- Por eso no olvido.


Fragmento de "Conversaciones con mi psicóloga y amiga"
de Víctor Kraskatollin