jueves, 9 de abril de 2009

La ciudad



Bueno, éste ha sido mi primer poema en mucho tiempo. Eso de ser incapaz de escribir poesía me estaba asfixiando en sobremanera. Tenía tanto qué decir...pero a veces ocurre que no tenemos el valor necesario para confrontarnos a nosotros mismos y de ahí extraer la poesía. ¿Será por ello que en la depresión o en momentos de verdadera catarsis nos es más fácil hacer arte?El otro día, al borde de la fatiga espiritual, de la más áspera acidia, antes de que la magia del amor me hiciera renacer, pude escribir una poesía, producto quizá de la pesadez de las reflexiones sobre las tragedias experimentadas en la investigación de la antropología urbana, testimonios que mi profesora del lunes temprano no escatima en producir. Así, le dije a Nadia cuánto me fastidia a ratos esta ciudad, y cuán seguido me conmueve y cuánto, en muy escasos ratos, me cautiva


La ciudad me llora, y la desprecio.

La ciudad me canta, y la contemplo.

La ciudad me mata, y la detesto.

La ciudad me cambia, y la respeto.

La ciudad me esparce, y la venero.


Víctor Kraskatollin

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